Steve Jobs y el Estado
La muerte de Steve Jobs ha puesto en perspectiva el poder creativo del ser humano. Sin Steve Jobs no tendríamos iTunes, iPad, iPhone ni Apple sería lo que es hoy. Pero ese éxito tampoco hubiera sido posible sin el mercado y sin el Estado. Sin un sistema de protección efectiva de la creatividad, que permita que un genio como Jobs pueda apropiarse de su creación y que les dé seguridad a quienes se arriesgan a invertir para hacer que sus productos lleguen a millones de clientes, no nos estaríamos beneficiando de sus innovaciones.
Ideas brillantes hay y gente creativa también, especialmente en un país tan diverso como el nuestro, pero esa creatividad de la cual los peruanos hacemos gala no florece como debería. La ineficacia de nuestro aparato estatal explica en parte esta situación; sin embargo, eso está cambiando pues creatividad no es sinónimo de ley de la selva sino que requiere un Estado fuerte y eficaz que haga cumplir las reglas. En ese sentido, el caso del Instituto Nacional de Salud (INS) merece ser destacado.
¿Sabía que somos una de las principales plazas latinoamericanas para el desarrollo de nuevos medicamentos mediante investigación experimental en seres humanos? ¿Sabía que en el Perú se realizan más de 130 ensayos clínicos con seres humanos al año? Participar implica recibir un medicamento aún en fase de experimentación para probar si es efectivo y si no causa daños, pudiendo estos en algunos casos llegar a ser fatales. El rol del Estado en esto es vital ya que el incumplimiento de los principios éticos en investigación y la ausencia de buenas prácticas clínicas afectan la salud y los derechos de los participantes. El INS no solo ha fortalecido las acciones de fiscalización de los ensayos clínicos, lo que mereció el Premio a las Buenas Prácticas en Gestión Pública 2011, sino que es una de las pocas entidades estatales que publica una revista de investigación indexada en el ámbito internacional.
La evaluación, registro y supervisión de las actividades de investigación, además de la necesaria difusión, es un rol indelegable del Estado no solo en temas de salud sino agrarios, marinos, mineros, nucleares, pesqueros, de recursos naturales o aeroespaciales. Harían bien el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, así como el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA), Instituto Tecnológico Pesquero (ITP), la Agencia Espacial del Perú (Conida), Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet), Imarpe, Inrena, IPEN y demás entidades del sistema nacional de ciencia y tecnología en hacer suyas las buenas prácticas del INS para generar condiciones apropiadas para la innovación.
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