Sigue corrupción en Brasil
ES SIMPATIQUINHA PERO ATRAS DE ELLA SE ESAN COCIENDO MUCHOS FAENONES.......
Jefe de la cartera de Industria, Desarrollo y Comercio Exterior en problemas.
Brasilia/Agencias.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aún no había terminado de resolver la situación creada por la dimisión del ministro de Trabajo, Carlos Lupi, quien presentó su renuncia “irrevocable” ayer acorralado por acusaciones, cuando el diario O Globo arrojó sospechas sobre otro colaborador: el titular de Industria, Desarrollo y Comercio Exterior, Fernando Pimentel, a quien la mandataria le pidió “explicaciones claras”.
Según el periódico, después de haber sido alcalde de la ciudad de Belo Horizonte entre el 2002 y el 2009, Pimentel fue consultor de empresas que este año obtuvieron jugosos contratos con ese municipio.
Pimentel admitió que prestó esos servicios en el 2010, antes de que esas empresas resultaran favorecidas con contratos para la ejecución de diversas obras en Belo Horizonte, pero sostuvo que “no hubo nada ilegal” en eso.
“Fue una forma que tuve de ganar dinero y sobrevivir” durante un período en que no ocupaba ningún cargo público, declaró al diario O Globo, que obtuvo documentos según los cuales Pimentel recibió por ese trabajo unos dos millones de reales (1.2 millones de dólares).
El ministro también indicó que la propia Rousseff, con quien tiene una estrecha amistad desde hace años, le ha pedido que ofrezca unas “explicaciones claras” y “actúe con transparencia y tranquilidad”, pues considera que no hubo ilícitos en esos trabajos.Brasilia/Agencias.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aún no había terminado de resolver la situación creada por la dimisión del ministro de Trabajo, Carlos Lupi, quien presentó su renuncia “irrevocable” ayer acorralado por acusaciones, cuando el diario O Globo arrojó sospechas sobre otro colaborador: el titular de Industria, Desarrollo y Comercio Exterior, Fernando Pimentel, a quien la mandataria le pidió “explicaciones claras”.
Según el periódico, después de haber sido alcalde de la ciudad de Belo Horizonte entre el 2002 y el 2009, Pimentel fue consultor de empresas que este año obtuvieron jugosos contratos con ese municipio.
Pimentel admitió que prestó esos servicios en el 2010, antes de que esas empresas resultaran favorecidas con contratos para la ejecución de diversas obras en Belo Horizonte, pero sostuvo que “no hubo nada ilegal” en eso.
“Fue una forma que tuve de ganar dinero y sobrevivir” durante un período en que no ocupaba ningún cargo público, declaró al diario O Globo, que obtuvo documentos según los cuales Pimentel recibió por ese trabajo unos dos millones de reales (1.2 millones de dólares).
Las primeras explicaciones de Pimentel no han convencido a una oposición que se siente envalentonada después de la caída de seis ministros por acusaciones de corrupción desde mayo pasado y cuando Rousseff no ha cumplido un año en el cargo que asumió el 1 de enero.
El Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) emitió ayer una nota en la que dijo que “aguarda más explicaciones del ministro Pimentel” sobre un asunto que, sostuvo, “esconde la posibilidad de tráfico de influencias”.
El comunicado añadió que la “actitud” de Pimentel en estos días “determinará” si el PSDB decide convocarle al Congreso para que preste explicaciones, tal como hizo antes con los seis ministros que finalmente renunciaron o fueron dimitidos en medio de escándalos.
A esas intenciones le salió inmediatamente al paso el diputado Cándido Vaccarezza, jefe del grupo del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) en la Cámara Baja, quien aseguró que Pimentel “no será convocado” al Congreso.
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