jueves, 19 de enero de 2012

Apareció la misteriosa rubia que cenó con el capitán del Costa Concordia

Italia, Mar Mediterráneo, Cruceros, Naufragios, Costa Concordia, Isla de Giglio

Roma (EFE). Se buscaba a una bella mujer, de unos 25 años, moldava, que estaba sentada en la sala adyacente al puente del mando del crucero Costa Concordia y que seguía a través de los cristales de la ventana las maniobras del capitán Francesco Schettino.
Es rubia y se llama Dominika Cermortan, y su misterio ha dejado de serlo cuando ha aparecido hoy en la televisión moldava Journal TV donde ha asegurado que era miembro de la tripulación y por lo tanto, podía estar con otros oficiales.
La joven reconoció que cenaba con el capitán en el momento de la colisión contra las formaciones rocosas, que abrieron el casco a lo largo de 70 metros por lo que el buque comenzó a embarcar agua.
DEFIENDE AL CAPITÁN
Cermortan también defendió la operación de Schettino que “ha salvado millares de personas. Creo que ha desarrollado un trabajo extraordinario, toda la tripulación es solidaria con él y piensa que ha salvado a más de 3.000 personas”, según han retransmitido los medios italianos.
Dominika logró alcanzar una barca de salvamento y, según dijo, ayudó a otras personas.
“Me felicito por haber salvado gente”, refirió a los medios moldavos.
LA LEY LA BUSCA PARA INTERROGARLA
La Fiscalía de Grosseto, que ha abierto la investigación sobre el naufragio, necesita interrogar a la joven moldava para recomponer las secuencias de lo sucedido en el puente de mando la noche del 13 al 14 de enero cuando se produjo el naufragio.
Además quiere saber en calidad de qué viajaba en el crucero, ya que no aparece ni en las listas de pasajeros ni en las de la tripulación.
Ya ha pasado el tiempo suficiente para que el test de alcohol a Schettino sea efectivo, pero cuando le sometieron a las pruebas toxicológicas, aseveró: “No fumo, no bebo, no me drogo”.
Mientras, los investigadores ordenaban las búsqueda de la caja fuerte en el interior del buque siniestrado, por si hubiera rastro de cocaína.
UNA MALA COSTUMBRE
Schettino ha colocado a Italia en las portadas de los periódicos en una posición vergonzosa, según los analistas, que insisten en la prohibición de los “saludos” de los cruceros italianos que se acercan tanto a la costa, adornados con luces como si fueran verbenas, que hacen peligrar las naves.
El Gobierno italiano ya ha adelantado que va a prohibir esta costumbre en el tráfico marítimo italiano, que era considerado “un negocio importante”.
Un coloso como Costa Concordia, que navega tan cerca de tierra con todas su banderas y gallardetes iluminados, es un invalorable instrumento de promoción.
“Es mucho más eficaz que un anuncio de publicidad, los saben los armadores y lo sabe la Capitanía”, refieren expertos de publicidad al diario “La Repubblica”.

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